La llegada del un ser humano al mundo puede ser una montaña rusa de emociones; alegría, miedo, incertidumbre, impaciencia y una gran lista de sentimientos pueden ser los que desarrolle una madre en la espera de su bebé. Ahora bien, durante ese proceso o cuando ya se producido el parto, a veces, puede aparecer algo desconocido y que es igual de normal, siempre y cuando se encuentre controlado: la depresión.
Cuando un bebé nace, su madre experimenta un vaivén constante de emociones. Puede pasar del llanto a la risa, de la preocupación a la alegría y, en cierto modo, es lógico ya que hay una caída de hormonas brutal al dar a luz. Los primeros días suelen ser caóticos, una nueva persona ha llegado a su vida y tiene que cuidarla además de cuidarse a sí misma. Y, muchas veces, se siente desbordada, sin ánimos de nada y totalmente derrotada. Es aquí cuando puede empezar esa depresión posparto.
¿QUÉ ES?
La depresión posparto es un tipo de depresión que puede tener la madre cuando ha tenido a su bebé, no en los primeros días que se consideraría normal, sino a partir de las dos o tres semanas siguientes al parto. Se caracteriza por su gravedad e intensidad, no es una simple depresión o sensación de estar triste sino que es mucho más intenso. A veces puede aparecer al final del embarazo y prorrogarse hasta semanas y meses después del parto y según su intensidad su tratamiento será de una forma o de otra.
SÍNTOMAS
Todos los síntomas que aparecen en este periodo pueden ser muy variables, tanto como personas que la sufren, pero estos son los más comunes:
- Tristeza extrema. Llorar desconsoladamente o no.
- Cansancio o sensación de desánimo continuo. Desgana por las cosas que antes se hacían con gusto.
- Cambios de humor extremos. Irritabilidad. Preocupación por no ser buena madre.
- Falta de sentimientos por el bebé, falta de cuidados o sentimientos de hacerle daño.
- Problemas para dormir. Insomnio o estar durmiendo todo el día.
- No tener apetito o por el contrario ansiedad por comer demasiado.
- Pensamientos difusos, niebla mental, falta de concentración. E incluso pensamientos sobre la muerte o suicidio.
¿QUÉ LO DETERMINA? ¿SOLO PADECE LA MADRE?
La depresión posparto puede venir precedida por problemas emocionales anteriores al embarazo. Las personas con antecedentes depresivos en su familia o durante sus vidas son más propensas a padecer este tipo de enfermedad. No tanto por sus antecedentes, también puede aparecer por los cambios hormonales o por los cambios físicos, por el sentimiento de no sentirse atractiva, por la ansiedad de no poder llegar a todo, por la falta de sueño o incluso si el bebé tiene algún problema de salud y esto es una preocupación constante.
Ahora bien, no solo es la madre la que puede padecer depresión posparto, sino que el otro progenitor también. Es tal el cambio en la vida de ambos (en mayor medida cuando son primerizos) que la ansiedad puede apoderarse de la situación. Y, aunque la depresión no se pega de uno a otro, si la madre padece depresión posparto, puede que también su pareja por no poder hacerse cargo de la situación.
Y ¿PUEDO PREVENIRLA?
Por supuesto que sí. No es que se garantice al 100% que a la hora de estar con el bebé en casa no aparezcan los síntomas anteriormente descritos, pero se puede mejorar la calidad de vida que tenga la madre en el posparto ayudada por múltiples factores:
- Ejercicio, alimentación y descanso adecuado durante el embarazo. Está demostrado que el ejercicio, la buena alimentación y el descanso son los promotores del bienestar en el ámbito de la salud y durante el embarazo no podía ser menos. Va a ayudar a la madre a sentirse con más energía, a gusto con su cuerpo (en mayor o menor medida) y con mejor estado de ánimo.
- Un grupo de apoyo. Tanto dentro de su círculo más íntimo (pareja e hijos), como familiares y amigos cercanos. El cuidado de una misma es muy importante pero para eso se necesita tiempo y el cuidado de los demás, por lo que rodearse de personas que faciliten la vida de la mujer será importantísimo.
- Ayuda de un profesional. La ayuda de los profesionales de la salud tanto equipo de obstetricia, matronas y psicólogos pueden ayudar a ver los síntomas previos a estar ya padeciendo la enfermedad y cogerla a tiempo para que no se complique.